P.uerto Rico, 20 de junio de 1823
Mi amadísimo hijo: ayer recibí las que me dirigistes con D.on Pedro Federico con fecha de 18 de
marzo del año pasado y la que con la de 7 de octubre del mismo
año recibí, igualmente que hayas escrito a Maratón en aquella primera fecha que
manifiestes el finiquito de fondos para tu subsistencia y que apures los resortes de tu
inquisición p.or saber de mi
existencia, está en la esfera de tu deber, pero que poco reflexisivo o animado de la influencia
sugestiva de algún mal compañero me escribas lo que contiene tu última de octubre, espuesta de
que no abrigas los mejores sentimientos de gratitud acia un país q.ue
que nada te debe, y que si has ido a él ha sido por proporcionarte en él tu educación y
futura felicidad, p.or lo tanto
quevada en mi corazón una propocición tan condenada, cubre mi alma de luto y
siento en ella los más mortales disgustos. ¿Con qué solo le basta el
nombre para aborrecerla? Ingrato y desconosido. ¡Qual fuera tu existencia si entre las
notas infames que ennegruecen el tuyo te vieres envuelto entre la sangre y la muerte, cubierto
de oprobio e ignominia como se ven actualmente los que con semejantes ideas han abrasado el
iniquo como quimera sistema de independencia! ¿En esto han venido a parar mis consejos y
amonestaciones? ¿Es este el modo que has adoptado para
honrrar a tus padres? ¿No ves que
los maldices en el instante mismo en que concedistes conceptos tan equivocados como injustos?
¿De dónde procedemos nosotros y en qué parte tienes tú tu origen?
Convénsete, hijo mío, nada tiene que ver el suelo terraqueo de la Península con las escaceces de dinero para tu
subsistencia. En todas partes sucede lo mismo que en ella. El que no lo tiene no come, ni nadie
estiende su mano para regalarlo. Y si las convulciones de los pueblos disleales de América han ocacionado la interrupción de
correspondencia, si a ellos se les deben tus escaceses, ¿a qué hechas de maldiciente contra la
misma inocencia quando las causas de tu incomodidad
son enteramente distintas?
No te faltará con qué subsistir, voy a librar a la s.eñora viuda de Lanmis
los 4000 r.eales vellón de tu cuenta
y los 1000 que en enero has invertido en bestirte, tén más juicio y te aconsejo seas más
prudente y consedido.
En la goleta Rosa te manda tu mamá quatro tarros de dulce, salió de este
p.uerto el día último de mayo
próximo pasado, y p.or el correo
libraré no solo aquellas cantidades sino lo demás a proporcionarte tus progresos en la carrera
literaria, con tal que no seas estudiante de sopas. Tu mamá, manama y
tu tía con mi madre te hacen finas espreciones,
contando siempre con el entrañable amor y acentuado cariño con q.ue te ama tu papá,
Ramón Hernández
de Armas